Sala III: Institutos históricos
Esta sala recrea un antiguo laboratorio de los primeros institutos que se crearon en nuestra región, allá por mediados del siglo XIX. Destacando una importante colección de globos terráqueos, microscopios, planetarios, telurios y animales disecados.
El Plan Pidal, de 17 de septiembre de 1845, que se considera el antecedente de la Ley de Instrucción Pública de 1857, Ley Moyano, supone el arranque definitivo de estos centros de enseñanza. Los Institutos Históricos nacieron con carácter provincial en el siglo XIX.
El primero de ellos, en nuestra región, fue el de Guadalajara, creado en 1837. Empezó su funcionamiento en el antiguo convento de San Juan de Dios, para trasladarse en 1857 al convento de la Piedad, en el Palacio Brianda de Mendoza. Actualmente, está en otro edificio más moderno.
El Instituto de Albacete se creó en 1841. Sus distintas sedes han sido: el antiguo convento de San Agustín, en la Plaza del Altozano, el ex convento de San Francisco, en la calle Zapateros y, en 1933, el edificio de la Avda. de España.
El Instituto Maestro Juan de Ávila de Ciudad Real fue fundado el 7 de marzo de 1843. En sus primeros años de funcionamiento se instaló en el antiguo convento de la Merced, hasta cambiarse en 1967 a la actual ubicación en la calle Carlos López Bustos.
El 5 de octubre de 1844, se crea el Instituto de Cuenca, instalándose en el edificio de La Merced. En el año 1861 se traslada al Parador de las Escuelas, local perteneciente a la obra fundada por el obispo Palafox; posteriormente, ya en el siglo XX, se cambió a su actual sede.
El 1 de noviembre de 1845 empieza a funcionar el Instituto de Toledo, heredando de la recién suprimida Universidad provincial de Toledo el edificio, las colecciones de material científico y didáctico, el profesorado y personal dependiente. Actualmente se encuentra en otro edificio.
Desde su fundación estos centros históricos fueron dotados de importantes colecciones de Historia Natural, Agricultura, Física y Química, bien por parte de benefactores, donaciones de instituciones o por compra. A lo largo de su historia, este patrimonio fue incrementándose en algunos casos y en otros ha desaparecido por abandono o desidia de sus responsables.